Pablo Bayona Sapag

Familia [Español]

Pablo Bayona Sapag
Familia [Español]

Fotografía de Lorena Barros.

Vacío. Por primera vez desde que tengo memoria, Bogotá y Los Ángeles se veían igual sin carros ni vendedores en las calles, sin bulla en las calles normalmente ocupadas. La pandemia se llevó mucho del encanto típico que hacía de regresar a Bogotá una ocasión especial.

Las protestas que iniciaron en varias partes del continente el año pasado, también se habían tranquilizado, casi como si la región estuviera conteniendo su respiración por un momento. Aunque hubiera tranquilidad y silencio forzados durante mi estadía en Colombia, no podía mantenerme tranquila. Extrañaba comprar platanitos con Kola Roman en la tienda de la esquina, extrañaba estar con mis amigos y mi familia comiendo empanadas. Pero, sobre todo extrañaba estar alrededor del fútbol.

Había sido casi un año desde que cubría un partido del LA Galaxy en Dignity Health Sports Park o un partido del LAFC en el Bank of California Stadium. Con los partidos en Colombia aún detenidos, no tenía otra opción que ir a buscar otras fuentes de fútbol para mí.

Había una especie de emoción al regresar a casa buscando historias de fútbol para contar. Desde que era niña, me llamaba la atención las particularidades y el encanto que solo los equipos pequeños traen al deporte. No importa que sea Cal United de vuelta en EEUU o ligas como la USL o NISA, siempre he sentido que estos clubes y ligas más pequeñas son las más accesibles y cercanas a la mayoría de la gente. Esto es algo que se mantiene en distintos países y culturas. 

Con eso en mente, fui en busca de un club no tan visible que pudiera cubrir en Colombia y que igualmente mantuviera fuertes lazos en la comunidad. Mientras Millonarios FC o Independiente Santa Fe pueden tener todos los titulares en Bogotá, decidí irme por otra vía.

La respuesta a mi búsqueda era Bogotá FC, un equipo de segunda división en la ciudad más poblada de Colombia. El club tiene sus orígenes a inicios de los 2000s, en una ciudad con dos de los equipos más grandes del país, si sigues a Bogotá FC, claramente eres un hincha.

Sin embargo, lo que mas me atrajo a Bogotá FC fue su liderazgo y su estructura de negocio familiar. Como vicepresidenta de la organización, Jenny Perdomo ha sido la encargada de hacer funcionar gran parte de las operaciones del club justo antes del inicio de la pandemia. Antes de eso, ella había estado liderando el departamento de marketing y comunicaciones del equipo por 7 años, todo esto en una ciudad en la que se ha vuelto cada vez más difícil el sobresalir como una organización.

Con su padre siendo el fundador del club, Jenny ahora carga con el reto de llevar esta organización familiar hacia adelante en esta nueva década.

Luego de recorrer la ciudad para reunirme con Jenny en la ciudad deportiva del club, nos sentamos a conversar sobre sus experiencias en Bogotá FC.

A través de nuestra conversación, me quedó cada vez más claro que muchos de los retos a los que Jenny se enfrenta en Colombia son los mismos a los que se enfrentan los equipos de la USL y NISA en los EEUU. Con su paso en el club, ha hecho mucho para resolver estos problemas y muchas de las lecciones que ha aprendido podrían ayudar a muchos clubes en EEUU.

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¿Nos puedes contar cómo se formó Bogotá FC? ¿En especial cómo fue la formación en una ciudad con tantos clubes grandes?

Bogotá Fútbol Club nace de un equipo aficionado que se llamaba Deportivo Sur de Bogotá que participaba en la Liga de fútbol de Bogotá y en algunos torneos que se organizaban en la ciudad. A mi padre le gustaba mucho el fútbol, entonces organizó un equipo de fútbol con los empleados que tenía la empresa textil. Después de participar en algunos de estos torneos, el equipo pudo conseguir una casilla en la Primera C que llega a ser la liga amateur con mas prestigio en Colombia. Luego se pudo conseguir una casilla en la segunda división profesional de Colombia y así fue como nació el Bogotá FC como se le conoce ahora.

¿Cómo llegaste a unirte al club?

Fundamentalmente, esta es una empresa familiar. Yo empecé haciendo toda la parte que tenía que ver con la prensa y me empezó a gustar todo lo que hay detrás del fútbol. No solamente lo que uno ve cuando va a ver un partido, sino todo lo que representa el fútbol en sí. El fútbol representa una oportunidad tanto para chicos como para jóvenes que a veces están en circunstancias de una pobreza absoluta, de falta de posibilidades.

En Colombia es muy difícil avanzar en la estructura social que tenemos y más para los chicos que no tienen acceso a una buena educación. Pero detrás del fútbol se encuentran oportunidades muy bonitas para todos estos chicos.

¿Estando tanto tiempo en el club has visto a algunos chicos hacer ese salto a las grandes ligas?

Un claro ejemplo seria Jader Valencia. Es un jugador al que admiro mucho. El llegó acá muy chiquitico, como a los catorce o quince añitos y estuvo acá dos años. Luego lo pasamos a Millonarios y de Millonarios se fue a jugar a Francia. Es un jugador que gracias a esa posibilidad que tuvo en este equipo le transformó la vida a toda su familia. Les compró una casita a sus papas y seguro que aporta en la educación de sus hermanas. Es muy bonito ver que a través de este deporte muchas personas pueden cambiar su vida de una forma honesta

¿Aparte de ver a varios jugadores sobresalir y alcanzar sus metas gracias al club, cuáles son algunos de los retos que has tenido que afrontar al mando del club? En especial desde un punto de vista de marketing.

El club anteriormente era lo que ustedes veían en las canchas. Eran los jugadores, el cuerpo técnico, el gerente deportivo y el presidente. Nada mas. En realidad, era igual que muchos clubes colombianos, porque realmente el fútbol profesional colombiano solo se ha venido formalizando y se ha venido profesionalizando con el tiempo. El reto ha sido en estos últimos años en los que hemos estado en la empresa, organizar toda la parte administrativa, que también es fundamental para poder crecer. Hay que trabajar para generar una estrategia a largo plazo, un plan estratégico para que el club en algún momento se convierta en lo que uno espera. Hay que hacer un plan de mercadeo, hay que desarrollar una estrategia de posicionamiento y hay que construir una cultura corporativa para que los empleados se vinculen de corazón a la institución y no solamente lo vean como una alternativa de paso. Y en ese sentido hemos trabajado y trabajado para construir una empresa muchísimo más organizada y poder construir un sueño para muchas personas.

¿En que consiste ese sueño exactamente?

Hoy en día para muchos, Bogotá Fútbol Club es un equipo pequeño sin muchos recursos o posibilidades, pero en la mente de las personas que trabajamos dentro del equipo, nosotros sabemos que estamos construyendo un gran proyecto, no solamente un proyecto deportivo sino un proyecto social, porque finalmente el objetivo de nuestra institución es esa. Nuestra misión es usar el fútbol como medio y no como fin. Como medio para aportar a la sociedad y para construir un mejor país. El reto ha sido como estructurar toda la parte administrativa para que el club sea una empresa organizada, profesional, que se pueda encaminar a cumplir grandes metas en el futuro.

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¿Para nosotros que solo somos aficionados, cómo es estar a cargo de un club?

Digamos que tiene dos grandes áreas. La primera es la parte deportiva que es fundamental. Está primero el equipo profesional, que son los jugadores que van a salir a enfrentar todos los campeonatos, y el cuerpo técnico que está estructurando toda la parte estratégica de los partidos. Pero acá, el cuerpo técnico también tiene un gran interés y orgullo en la formación de menores. Los jugadores aprenden como manejar los temas con la prensa y como entender el aspecto mental y táctico del fútbol.

La segunda área es la parte administrativa que tiene que ver con todo lo que es marketing, ventas, auspicios, etcétera. Tiene que ver con posicionar tu marca de la mejor manera porque todos los equipos de fútbol venden fútbol. Pero uno tiene que encontrar diferenciales para que a uno lo prefieran.

¿Durante tu tiempo con el club, cómo ha sido trabajar con tu familia?

Muy enriquecedor. Mi papá es un hombre muy sabio. Es un hombre muy humilde, muy trabajador, muy dedicado a su trabajo. Y es muy bonito porque hemos organizado un buen equipo de trabajo. También está mi hermana, que es la abogada del club y es muy inteligente. Y pues todos trabajamos con mucha pasión porque estamos trabajando por un proyecto que es en el largo plazo para los hijos y para los nietos de uno.

Con todos en la familia trabajando tan duro, ¿cómo has visto al club crecer a través de todos estos años?

Digamos que, en un comienzo, nosotros no entendíamos bien cuál era el objetivo económico de un proyecto deportivo. O lo entendíamos, pero no sabíamos de pronto como encaminarlo. Hoy en día Bogotá Fútbol Club es un club formador de excelentes jugadores. En la parte deportiva hemos logrado cosas importantes como ubicar a muchos de los jugadores que tenemos en equipos como Boca Juniors, Sao Paulo, Vancouver FC, Club América, entre otros. Entonces digamos que ya el equipo tiene un reconocimiento en cuanto a la formación de jugadores de muy buenas condiciones técnicas. Hemos descubierto a través del tiempo los parámetros específicos que van a determinar que el jugador pueda tener una gran probabilidad de éxito en el fútbol profesional a nivel de primera categoría.

De un punto de formación deportiva han tenido gran éxito. ¿Cómo les ha ido con el marketing teniendo que competir con los grandes clubes de la ciudad de Bogotá?

Hemos posicionado un eslogan que se llama Bogotanos de Corazón. Después de hacer un estudio de mercado y entender cuáles eran los parámetros o las estrategias que tenía cada club profesional de Bogotá para posicionar su club en el mercado, nosotros nos dimos cuenta de que hacía falta un club que fuera incluyente, que fuera para todo el mundo, no solo para los nacidos acá en Bogotá. Hay mucha gente con raíces de otras partes del país. Nuestro eslogan les dice a los hinchas que a pesar de no haber nacido acá, su corazón está en Bogotá y nosotros los acogemos. Queremos ser el equipo de todo el mundo, el equipo de la inclusión, el equipo de la competencia sana, el equipo humilde y trabajador. Lo bueno es que las personas ya empiezan a asociar la institución con todos esos valores, porque hemos sido muy reiterativos en el tema en redes sociales.

¿Qué trabajo han hecho en las redes sociales? ¿Cómo les ha ido?

Hemos logrado un crecimiento en redes sociales destacable frente a otras instituciones, porque nosotros hacemos un seguimiento constante de las métricas, vemos cuáles clubes están creciendo más, cuál es el porcentaje de crecimiento que tiene cada club y la tasa de crecimiento que tiene cada club. Y nos damos cuenta de que nuestro club crece. Digamos que en comparación con los demás, mucho más rápido y de manera orgánica, porque nosotros no pagamos. Hemos logrado esas cositas y nosotros somos de una filosofía muy, muy especial. Uno tiene que celebrar los pequeños logros, porque esos pequeños logros son los que alimentan el espíritu para trabajar cada día por hacer un mejor proyecto.

Esas victorias pequeñas son bastante importantes. ¿En el campo de juego, cómo les ha ido en la lucha por el ascenso? En EEUU hay una gran controversia por ver si se implementa el descenso y ascenso, pero estoy seguro de que acá conseguir el ascenso seria una victoria gigante. ¿Cómo ha sido todo eso para el club?

Es muy difícil, la verdad. El fútbol profesional colombiano ha evolucionado mucho, pero a veces las personas no lo perciben así porque hay mucha globalización en cuanto a todo lo que tiene que ver con fútbol. Anteriormente nuestros papás veían los partidos de los equipos nacionales y listo. Pero hoy en día los niños entonces siguen a los equipos europeos. Entonces la competencia es mucho mayor en términos mediáticos. Pero el fútbol colombiano ha evolucionado muchísimo. El fútbol de la B ya no es el fútbol que era antes en especial con la subida y la bajada de equipos que tienen recursos muy altos y obviamente genera que la competencia sea muchísimo mayor. Para nosotros no es fácil competir con equipos como Cúcuta, por ejemplo, que descendió en su momento. La competencia sí es muy, muy dura porque nosotros hemos trabajado acá con mucha humildad, pero solo tenemos recursos de un equipo de la B. Cada recurso ha sido conseguido con trabajo. Es muy duro y a veces no tenemos el suficiente dinero para invertir en cosas, como darles mejores condiciones a nuestros deportistas o retener a varios de nuestros jugadores.

Hace poco mencionaste trabajar para construir un mejor país a través del club. ¿Cuáles son algunas victorias que han conseguido en ese plano?

En primer lugar, tenemos nuestras academias juveniles que trabajan para desarrollar a los niños dentro y fuera del campo. Trabajamos mucho en la autoestima de los niños y en el desarrollo de habilidades socioemocionales para que los niños crean en sí mismos, no maltraten a otras personas ni se dejen maltratar. Además, con gran parte de nuestro desarrollo juvenil, intentamos fomentar las competencias cognitivas. Si un niño va a hacer algún ejercicio deportivo, paralelamente le hacemos hacer multiplicaciones. Eso hace que la mente sea más ágil en general y estimula áreas cognitivas del cerebro que les ayudarán dentro y fuera del campo. Así que el trabajo que hacemos con los niños es muy importante para lograr ese objetivo principal de construir un país mejor.

También hay muchos niños en nuestros equipos juveniles que provienen de zonas muy violentas aquí en Colombia. Hacemos todo lo posible por ayudar al mayor número de niños de esas zonas, y también trabajamos para dar ayuda económica a los niños que quieren practicar el deporte pero que quizás no tienen los recursos necesarios. Muchas veces esa ayuda se destina a niños que tal vez no tengan la posibilidad de llegar a jugar profesionalmente, pero que quieren jugar y merecen la oportunidad de intentar practicar este deporte y aprender todas las lecciones de vida que pueden sacar de él.

Además de eso, también realizamos un gran trabajo medioambiental en términos de campañas de reciclaje y también nos asociamos con refugios de animales locales para realizar pequeños eventos de voluntariado con los jugadores y la gente del equipo. También trabajamos para fomentar los valores de respeto e inclusión. Hacemos muchas campañas en contra del racismo y la homofobia en este deporte.

Por último, siempre intentamos fomentar la sana competencia. Siempre felicitamos a nuestros rivales cuando jugamos, y trabajamos estrechamente con nuestros jóvenes y nuestro departamento de marketing para fomentar siempre la sana competencia. No sé si lo han visto en las noticias, pero hace poco alguien puso una bomba en una oficina administrativa de un equipo profesional. Queda mucho camino por recorrer en este país, y sólo queremos ayudar a cambiarlo con pequeños pasos. Al final, esos pequeños pasos y esas pequeñas victorias suman.

¿Para concluir, cuáles son algunas de tus metas que tienes trazadas para ti y para el club

Queremos ser uno de los grandes clubes de Colombia. Y lo vemos absolutamente viable. Estamos trabajando para ello. Sabemos que puede tomar muchos años, tal vez 100 años, tal vez nosotros no lo veamos, pero tal vez nuestros nietos sí. No lo sé. Pero queremos ser una institución que represente no sólo a Bogotá, sino a toda Colombia. Queremos superar los límites e innovar. Nos hemos asociado con muchas universidades para que sus estudiantes nos ayuden a desarrollar desde el punto de vista de la psicología deportiva o la fisioterapia, por ejemplo. Queremos ser ambiciosos. Y como he dicho, queremos ayudar a construir un país mejor. Y estamos convencidos de que podemos conseguirlo a través de nuestro club.

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Fotografía de Lorena Barros.